jueves, 13 de febrero de 2014

Historia de España

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V. LA RESTAURACIÓN (1874-1898)







A.           LA RESTAURACIÓN MONÁRQUICA EN ESPAÑA (1874-1898)



En diciembre de 1874, el general Martínez Campos acabó con la I República española al proclamar, en la ciudad de Sagunto, a Alfonso de Borbón, el hijo de Isabel II, como rey de España.



La restauración de la monarquía de los Borbones en España supuso el fin del Sexenio Democrático (1868-1874) y el inicio de una etapa política que duró los siguientes cincuenta años. Ese nuevo periodo conocido como Restauración se caracterizó por la estabilidad política (ni golpes de estado ni guerras civiles) y el crecimiento económico.



La nueva etapa política comenzó solucionando los conflictos militares heredados del Sexenio Democrático. En 1876 el rey Alfonso XII venció la III guerra carlista y en 1878 se llegó a un acuerdo con los rebeldes cubanos (Paz de Zanjón) que acabó con la revuelta iniciada en 1868.







B.  EL SISTEMA CANOVISTA



Entre 1874 y 1923 se desarrolló un periodo de la historia política española que ha recibido distintos nombres: la Restauración, la Restauración borbónica, el turno de partidos, el turno pacífico, el turnismo o el sistema canovista, por su fundador.



Cánovas del Castillo, un político liberal conservador, fue el encargado de organizar el modelo político de la Restauración que consistió en una monarquía parlamentaria liberal, conservadora y poco democrática. La mayoría de los políticos españoles del momento eran de ideas liberales y se unieron a uno de los dos grandes partidos dinásticos:



·      El Partido Conservador, dirigido por Cánovas, que era partidario de defender el orden social tradicional (sufragio censitario y desigualdad económica) y el papel de la Iglesia en España.



·      El Partido Liberal, organizado por Sagasta, era más favorable a reformas políticas (como el sufragio universal) y sociales (derechos de los trabajadores).







El sistema bipartidista organizado por Cánovas y Sagasta pretendía en primer lugar evitar los conflictos políticos de los años anteriores, y alejar a los militares de la política acabando con los golpes de estado (pronunciamientos).



Ambos partidos estaban de acuerdo en algunos puntos básicos que aparecen en la Constitución española de 1876: parlamentarismo, división de poderes, derechos individuales, derecho a la propiedad privada, estado centralista (donde todo el poder se concentraría en el gobierno central). En la Constitución de 1876 se establecía el sufragio censitario, aunque posteriores leyes extendieron el voto a toda la población masculina (1890). En la constitución también se recogía el papel político de la Corona pues el rey compartía el poder legislativo con las Cortes, y actuaba como equilibrador entre el poder civil y el militar.



Para evitar el uso de la violencia política el Partido Conservador y el Partido Liberal acordaron alternarse en el poder; el rey escogía el partido político que debía gobernar y se manipulaban las elecciones para que las ganara quien debía. De forma que cada pocos años gobernaba uno de los dos grandes partidos.



El fraude electoral (mediante el pucherazo[6], el encasillado[7], el voto de los difuntos…) se producía sobre todo en las áreas rurales, donde vivían la mayoría de los españoles, debido a la existencia del caciquismo, es decir la fuerza de los propietarios rurales ricos, los caciques, que podía influir sobre los votantes de su zona mediante sobornos en metálico, promesas de trabajo, lograr la exención del servicio militar…



Los partidos políticos minoritarios como el republicano o el socialista se opusieron al turno pacífico porque estaban excluidos de la vida política.







C.      LA CRISIS DEL 98



Alfonso XII murió en 1885 y su esposa María Cristina, embarazada de su hijo el futuro Alfonso XIII, se convirtió en regente tras el nacimiento de éste.



Tras la pérdida del imperio colonial español a principios del siglo XIX las islas de Cuba y Puerto Rico siguieron dentro de España y llegaron a ser unas provincias más. Sin embargo pagaban impuestos más elevados que el resto de España, que no se reinvertían en las islas, y sufrían aranceles que no les permitían comerciar con Estados Unidos, además su población no tenía representación en el parlamento de Madrid.



En consecuencia estallaron varias revueltas contra el gobierno de Madrid:



·      La Guerra de los Diez Años (1868-1878)



·      La Guerra Chiquita (1879-1880)



·      La guerra de Cuba o Guerra hispano-estadounidense (1895-1898)







Durante el último conflicto Estados Unidos mostró cada vez más interés en los asuntos cubanos:



·      Por un lado parte de los comerciantes e industriales estadounidenses querían tratar con Cuba sin tener que pagar los altos aranceles impuestos por el gobierno español.



·      Por otro lado había un interés de los Estados Unidos por controlar la zona del Caribe, pues existía el proyecto de un canal que uniría los océanos Atlántico y Pacífico, el cual acabó construyéndose finalmente el en 1914 (Canal de Panamá).



·      Además una parte de la opinión pública apoyaba la lucha de los cubanos por la independencia y la democracia y rechazaba los métodos usados por el ejército español, como el uso de campos de concentración contra la población civil para aislar a los rebeldes.







Finalmente el gobierno estadounidense decidió participar en la guerra de Cuba y estalló la Guerra hispano-norteamericana que duró menos de cuatro meses, pues rápidamente se impuso la superioridad militar e industrial de un país embarcado en la Segunda Revolución Industrial frente a otro atrasado como era España. El tratado de paz supuso la entrega a Estados Unidos de Cuba, Puerto Rico y las islas Filipinas.



La derrota del 98 o desastre de Cuba tuvo varias consecuencias:



·      La pérdida de los mercados coloniales fue perjudicial para la industria y el comercio españoles.



·      La sociedad española sufrió una gran decepción y entró en una etapa de pesimismo. Por primera vez se hizo consciente de su atraso tecnológico respecto a los otros países industrializados. En consecuencia surgieron movimientos intelectuales y políticos que pedían la democratización auténtica del Estado y el fin del caciquismo y de la corrupción, culpables del atraso español. Entre estos movimientos destacó el Regeneracionismo de Joaquín Costa (Oligarquía y caciquismo, 1901) que quería renovar la sociedad española y mejorar las vidas de las personas de clase obrera.



·      La guerra de Cuba hizo consciente a la sociedad española de muchas injusticias, como la posibilidad que tenían los más ricos, que podían pagar 2.000 pesetas, de librarse del servicio militar obligatorio, mientras los reclutas pobres de origen campesino y obrero debían de ir a luchar y a morir.



 



D.      LOS MOVIMIENTOS NACIONALISTAS



El Romanticismo, que había llegado con retraso a España respecto al resto de Europa, hizo que surgiera una conciencia nueva de su identidad en las regiones españolas donde el castellano no era la lengua más usada. Asimismo el Estado liberal y centralista fracasó en su intento de imponer la lengua oficial a través de la administración y el sistema educativo, debido a la falta de medios, lo que favoreció al surgimiento de los nacionalismos no españoles dentro de España:



·      En Cataluña, la Renaixença reivindicó la lengua y la cultura catalanas. Surgieron organizaciones políticas que reclamaban la autonomía (Lliga Regionalista, 1901).



·      En el País Vasco nació el Partido Nacionalista Vasco (1894).



·      En Galicia, el Rexurdimento era ante todo un movimiento cultural, con pocas repercusiones políticas.







E.       LA SOCIEDAD ESPAÑOLA EN EL CAMBIO DE SIGLO



Las enormes diferencias de riqueza entre las clases superiores e inferiores en la España de finales del siglo XIX llevaron a la creación de sindicatos y de partidos políticos que defendían los derechos de los obreros:



·         1879: el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de ideología marxista



·         1881: la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE) de ideología anarquista



·         1888: la Unión General de Trabajadores (UGT) de ideología marxista



·         1910: la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT) de ideología anarquista



Durante esta etapa se crearon las cajas rurales para ayudar a los agricultores a comprar semillas, fertilizantes y maquinaria agrícola, mientras las asociaciones católicas de trabajadores ayudaban a los obreros industriales a sustentar a sus familias.



Además el movimiento anarquista encontró apoyo entre los trabajadores de los latifundios (grandes propiedades agrarias) de Andalucía y entre los obreros industriales de Cataluña. Sin embargo el gobierno respondió a las tácticas violentas de los anarquistas con la represión de todas sus organizaciones, violentas o no.



[6] En la España del siglo XIX no existían urnas sino que se guardaban las papeletas de votación en pucheros, donde se ponían o se quitaban votos para lograr el resultado que quería el gobierno, llegándose en ocasiones a cambiar el puchero completo.

[7] El encasillado consiste en la negociación previa, entre los dos partidos turnantes, para elegir quién será el candidato que irá en la casilla con más posibilidades y que apoyarán los caciques.

[6] En la España del siglo XIX no existían urnas sino que se guardaban las papeletas de votación en pucheros, donde se ponían o se quitaban votos para lograr el resultado que quería el gobierno, llegándose en ocasiones a cambiar el puchero completo.

[7] El encasillado consiste en la negociación previa, entre los dos partidos turnantes, para elegir quién será el candidato que irá en la casilla con más posibilidades y que apoyarán los caciques.




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