jueves, 6 de febrero de 2014

TEMA 3 LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

BBC INDUSTRIAL REVOLUTION

http://www.bbc.co.uk/history/0/20979973

TEMA 3: LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

 

I.                INTRODUCCIÓN

 

II.              LA REVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA Y LA REVOLUCIÓN AGRÍCOLA

 

A.       LA REVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA

 

B.       LA REVOLUCIÓN AGRÍCOLA

 

III.            LAS NUEVAS MÁQUINAS

 

A.       MÁQUINAS, VAPOR Y FÁBRICAS

 

B.       LA INDUSTRIA TEXTIL

 

C.       LA SIDERURGIA: HIERRO Y CARBÓN

 

IV.            LA REVOLUCIÓN DE LOS TRANSPORTES

 

A.       EL FERROCARRIL Y EL BARCO DE VAPOR

 

B.       EL INCREMENTO DEL COMERCIO

 

V.              LOS INICIOS DE LA INDUSTRIALIZACIÓN EN ESPAÑA

 

A.         LOS PROBLEMAS DE LA INDUSTRIALIZACIÓN ESPAÑOLA

 

B.         LA SIDERURGIA EN ESPAÑA

 

C.         LA INDUSTRIA TEXTIL EN ESPAÑA

 

D.         LA CONSTRUCCIÓN DEL FERROCARRIL

 

VI.            EL CAPITALISMO INDUSTRIAL

 

A.    EL LIBERALISMO ECONÓMICO Y EL CAPITALISMO

 

VII.          LA SOCIEDAD DE CLASES DURANTE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

 

A.    LA BURGUESÍA

 

B.     CONDICIONES DE TRABAJO EN LA INDUSTRIA FABRIL

 

C.     LAS PRIMERAS ASOCIACIONES OBRERAS

 

VIII.        MARXISMO, ANARQUISMO E INTERNACIONALISMO

 

A.    EL MARXISMO Y

 

B.     EL ANARQUISMO

 

C.     EL INTERNACIONALISMO

I.         INTRODUCCIÓN

La Revolución Industrial fue el resultado de un conjunto de cambios económicos y tecnológicos que tuvieron lugar en Gran Bretaña a mediados del siglo XVIII. Hacia 1850, la Revolución Industrial se había extendido por una parte de Europa y por Estados Unidos.

Las máquinas sustituyeron el trabajo manual. Para hacer funcionar las máquinas y los ferrocarriles se utilizó una nueva fuente de energía: el vapor.

La Revolución Industrial dio lugar a un nuevo sistema económico, el capitalismo, basado en la propiedad privada y la libre iniciativa. También cambió la estructura de la sociedad, que se basó en dos clases sociales principales: la burguesía y el proletariado (los obreros industriales).

 

II.      LA REVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA Y LA REVOLUCIÓN AGRÍCOLA

 

A.      LA REVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA

A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, la población europea aumentó considerablemente. En el año 1750, Europa tenía 140 millones de habitantes; en el año 1800, 187 millones; y en 1850 alcanzó los 266 millones.

Este aumento de la población, conocido como revolución demográfica, fue debido a varias causas:

·      El aumento de la producción de alimentos.

·      La mejora de la higiene y los progresos de la medicina. Así, las grandes pestes y epidemias fueron desapareciendo.

·      Lo anterior produjo una disminución de la mortalidad y un ligero aumento de la natalidad.

Por todo ello, la esperanza de vida pasó de ser de 38 años a finales del siglo XVIII, a 50 años a finales del XIX.

A consecuencia del aumento de la población aumentó la demanda de comida y otros productos, lo que estimuló la producción agrícola e industrial. Además el crecimiento de la población también proporcionó una mayor cantidad de mano de obra o fuerza de trabajo.

 

B.       LA REVOLUCIÓN AGRÍCOLA

El aumento de la población provocó una mayor demanda de alimentos. Por esta razón, los precios de los productos agrícolas subieron.

Al mismo tiempo que crecía la población, el Parlamento británico aprobó durante el siglo XVIII varias leyes que permitían el cercamiento de las antiguas tierras comunales de los campesinos.
 

En el Antiguo Régimen la mayor parte de las tierras de cultivo en Europa carecían de un único dueño. Aunque los señores feudales administraban la mayor parte de las tierras no podían hacer con ellas lo que quisieran, porque los campesinos que las cultivaban también tenían derechos sobre ellas. Una parte importante de los campos de cultivo eran tierras comunales (openfields) que tenían diversos usos:

·      Podían ser trabajadas por todos los campesinos de una aldea y repartir entre todos la cosecha.

·      Podían ser repartidas por sorteo cada año o par de años para que cada agricultor las usará como le conviniese.

·      Podían dejarse en barbecho y todos los labriegos de la aldea podían llevar a sus animales de granja a pastar allí, así como tomar toda la madera que necesitasen como combustible o materia prima.

La desventaja de este sistema es que, como nadie tenía la plena propiedad de esas tierras, nadie invertía para mejorar la productividad (abonos, mejores semillas, maquinaria moderna) y por eso los rendimientos de las cosechas eran siempre bajos.

Las leyes del Parlamento británico permitieron dividir las extensas tierras comunales (openfields) en fincas que fueron vendidas a propietarios individuales que se apresuraron a cercarlas con vallas (enclosures).

Los propietarios de las enclosures eran ahora dueños de granjas más grandes e intentaron aumentar la producción agrícola realizando importantes mejoras:


·      Se introdujeron las máquinas agrícolas: segadoras, sembradoras y trilladoras (máquinas que separaban el grano de la paja).

·      Aumentaron la rotación de cultivos. Se sustituyó el año de barbecho (reposo de la tierra de labor) por el cultivo de plantas forrajeras para el ganado. De este modo, no se dejaba ninguna porción de tierra sin cultivar. A su vez, los excrementos de los animales podían usarse como abono.

·      Se introdujeron nuevos cultivos (el maíz y la patata).

Estas mejoras agrícolas, y la expansión de la ganadería, permitieron que la población tuviera una dieta más rica y variada. La revolución agrícola también favoreció la expansión industrial porque se producía más comida y más materias primas.

 

III.   LAS NUEVAS MÁQUINAS

 

A.      MÁQUINAS, VAPOR Y FÁBRICAS

En la Revolución Industrial fue fundamental la innovación tecnológica. En el año 1769, James Watt inventó la máquina de vapor, que usaba el carbón para obtener vapor de agua. La fuerza del vapor era capaza de mover las máquinas.

Pronto se necesitaron grandes edificios, las fábricas, donde se concentraban las máquinas y los trabajadores que las manejaban. Se pasaba así de una industria manufacturera donde el trabajador realizaba manualmente todo su trabajo a una industria fabril donde el trabajador se convertía en colaborador, y a veces servidor, de la máquina que realizaba el trabajo.

 

B.       LA INDUSTRIA TEXTIL

En Gran Bretaña, la primera industria que se mecanizó fue la industria textil algodonera, dedicada a la obtención de hilo (hilado) y del tejido. Para conseguir una mayor producción se aplicaron una serie de innovaciones:

·      Nuevas máquinas de hilar, que proporcionaban mucha más cantidad de hilo en menos tiempo.

·      La lanzadera volante (1733), que hizo más rápido el funcionamiento del telar. Y el telar mecánico (1785), que ya tejía con gran rapidez.

 

C.      LA SIDERURGIA: HIERRO Y CARBÓN

Otro sector que tuvo mucho peso durante la Revolución Industrial fue la siderurgia, que  se dedicaba a la obtención del hierro.

Para obtener hierro se utilizaba tradicionalmente carbón vegetal, procedente de la madera, que tenía poco poder calorífico. Fue muy importante su sustitución por un carbón mineral, el carbón de coque, que se obtiene de la hulla y tiene un alto poder calorífico.

La demanda de hierro aumentó porque se utilizó para las herramientas agrícolas, las nuevas máquinas, el ferrocarril, etc.

 

IV.   LA REVOLUCIÓN DE LOS TRANSPORTES

 

A.      EL FERROCARRIL Y EL BARCO DE VAPOR

Al aumentar la producción agraria y la producción industrial fue necesario que las mercancías llegaran con rapidez a la población. Esto se logró gracias a la creación de transportes más rápidos, como el ferrocarril y el barco de vapor.

El ferrocarril ya se utilizaba en las minas para transportar el mineral en vagonetas que se movían sobre raíles. La gran innovación fue la locomotora del británico Stephenson (1829), que movía el ferrocarril mediante una máquina de vapor.

La primera línea de pasajeros unió Manchester con Liverpool en 1830. El ferrocarril se extendió rápidamente porque acortaba la duración de los trayectos, el viaje era más seguro y se podían transportar muchas más mercancías.

La máquina de vapor también se aplicó al transporte marítimo. Se construyeron barcos de vapor en hierro, que empezaron a funcionar en Estados Unidos. En 1847, los vapores ya podían atravesar el océano Atlántico en sólo 15 días.

 

B.       EL INCREMENTO DEL COMERCIO

La Revolución Industrial dio paso a la economía de mercado, en la que los productos ya no iban destinados al autoconsumo sino a la venta en amplios mercados.

La mejora de los transportes y la construcción de una red ferroviaria impulsaron el comercio interior y, a mediados del siglo XIX, el comercio exterior.

La red de ferrocarriles acabó sustituyendo a los barcos como principal medio de transporte en Europa de modo que dentro de las fronteras de cada estado-nación se crearon mercados nacionales.

 

V.      LOS INICIOS DE LA INDUSTRIALIZACIÓN EN ESPAÑA

 

A.      LOS PROBLEMAS DE LA INDUSTRIALIZACIÓN ESPAÑOLA

La industrialización de España fue con retraso respecto a los otros países de Europa occidental y, además fue incompleta, pues sólo sucedió en algunas regiones. A finales del siglo XIX España todavía era un país agrario, con algunas zonas industrializadas (Cataluña, País Vasco, Madrid). Las causas del atraso industrial español fueron:

·      La escasa capacidad de compra de la población española, formada en su mayoría por campesinos pobres.

·      La poca inversión en la industria, pues apenas existía burguesía.

·      Los problemas en el transporte (malas carreteras y retraso del ferrocarril).

·      La escasez de minerales y de fuentes de energía

 

Ante esta situación, la industria española no podía competir con la de otros países porque sus productos eran más caros, y a veces de peor calidad. Por ello, se impuso el proteccionismo (impuestos a los productos extranjeros) para favorecer la industria nacional.

 

B.       LA INDUSTRIA TEXTIL EN ESPAÑA

En el siglo XVIII ya se producían, en Cataluña, tejidos estampados de algodón (indianas).

En 1833 se instaló la primera máquina de vapor en la industria textil, que tuvo un gran desarrollo en Cataluña. El carbón se importaba por mar, lo cual hizo que muchas fábricas se asentaran en la costa.

 

C.      LA SIDERURGIA EN ESPAÑA

Los primeros altos hornos (1826) se instalaron en Andalucía (Málaga), donde había hierro. Luego se situaron en Asturias (1868) por su mayor riqueza en carbón mineral.

En el País Vasco, desde 1876 se desarrolló el mayor centro siderúrgico: se exportaba hierro de Vizcaya a Inglaterra y, en los mismos barcos, se importaba carbón británico.

 

D.      LA CONSTRUCCIÓN DEL FERROCARRIL

Las primeras líneas de ferrocarril (Barcelona-Mataró, Madrid-Aranjuez) se inauguraron entre los años 1848 y 1851; y gracias a la Ley General de Ferrocarriles (1855), entre 1856 y 1885 se construyeron unos 7.500 kilómetros de vías férreas en España.

El ferrocarril se diseñó con una estructura radial, con centro en Madrid, y un ancho entre carriles mayor que el del resto de Europa. Esa diferencia de vía dificultó el comercio, pues obligaba al transbordo de mercancías en la frontera.

 A pesar de todo, el ferrocarril resultó muy positivo, ya que favoreció el traslado de las personas y de las mercancías en el territorio español.

 

VI.   EL CAPITALISMO INDUSTRIAL

 

A.      EL LIBERALISMO ECONÓMICO Y EL CAPITALISMO

La Revolución Industrial se basó en el capitalismo como sistema económico y en el liberalismo como doctrina política que lo justificaba. El economista Adam Smith estableció los principios del liberalismo económico:

·      La economía funciona por el interés personal de conseguir el máximo beneficio.

·      Los precios se establecen por el equilibrio entre la oferta y la demanda. La oferta es la cantidad de producto para vender. La demanda es la cantidad de productos que los consumidores desean comprar.

·      La economía debe funcionar sin la intervención del Estado.

 

El capitalismo industrial se basa en los siguientes principios:

·      Los medios de producción (fábricas, maquinaria y bienes producidos) son propiedad privada.

·      Los propietarios de los medios de producción son una minoría, que forma parte de la burguesía.

·      Los obreros industriales trabajan en las fábricas a cambio de un salario.

En el sistema capitalista se producen de forma cíclica graves crisis económicas que se inician cuando los stocks (mercancías en depósito) se acumulan en las fábricas por falta de compradores. Entonces, los propietarios despiden a los obreros y surge el paro.

 

VII.     LA SOCIEDAD DE CLASES DURANTE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

La Revolución Francesa y la Revolución Industrial produjeron un cambio en la organización de las sociedades europeas durante el siglo XIX. El sistema estamental propio del Antiguo Régimen fue sustituido por el sistema de clases. En la sociedad de clases que surgió durante el siglo XIX el estatus social de las personas, su posición en la sociedad, pasó a depender de su riqueza y del tipo de trabajo que desempeñaban, al contrario que en la sociedad basada en estamentos donde el lugar de una persona venía dado por la familia en la que había nacido (nobleza, Tercer Estado).

Como resultado de la Revolución Francesa, los privilegios que disfrutaban la nobleza y el clero fueron abolidos. Este cambio provocó la desaparición de la sociedad estamental. La Revolución Industrial aumentó la importancia de los burgueses ricos, que se convirtieron en los propietarios de fábricas y negocios. Al mismo tiempo, apareció un nuevo grupo social: la clase obrera. Este grupo estaba formado en su mayoría por obreros industriales que vivían de su trabajo asalariado. Al conjunto de los obreros industriales o proletarios se les llamaba proletariado.

A medida que la Revolución Industrial se extendía por Europa y el capitalismo industrial se establecía como el sistema económico, las diferencias entre las situaciones económica y social de la burguesía y el proletariado (obreros industriales) se hicieron cada vez mayores.

Los mayores beneficios de la industrialización los disfrutaron los capitalistas burgueses. Gracias a ella, consiguieron un mejor nivel de vida, con ventajas como hogares cómodos, buena educación para sus hijos, cuidados sanitarios y nuevas actividades de ocio.

En contraste con lo anterior estaban el proletariado industrial, es decir los obreros de las fábricas, que formaban un grupo cada vez más numeroso en las ciudades. La clase obrera trabajaba y vivía en condiciones horribles. Fue en respuesta a estas condiciones de trabajo que aparecieron durante el siglo XIX los primeros movimientos políticos de la clase obrera.

 

A.           LA BURGUESÍA

La burguesía era un grupo poderoso, propietario de las industrias y de los negocios. Su forma de vida se convirtió en el modelo a imitar. La burguesía estaba formada por varios grupos:

·      Gran burguesía, integrada por banqueros y propietarios de grandes fábricas.

·      Mediana burguesía, compuesta por comerciantes, funcionarios y profesionales liberales como médicos o abogados

·      Pequeña burguesía, formada por un gran número de empleados y de tenderos.

 

B.            CONDICIONES DE TRABAJO EN LA INDUSTRIA FABRIL

Durante la Revolución Industrial, las condiciones de trabajo en las fábricas eran por lo general peligrosas e insalubres (malas para la salud):

·      La maquinaria en la mayoría de las fábricas no tenía medidas de seguridad, y los accidentes y lesiones eran algo común. A esto se añadía que no existían leyes que protegieran a los obreros: si estaban enfermos o en paro no cobraban.

·      Un día de trabajo típico duraba unas agotadoras catorce o dieciséis horas, pero los salarios eran bajos. Como consecuencia, los niños pequeños trabajaban a menudo al lado de sus padres para aumentar los ingresos familiares. Las mujeres y los niños trabajaban con el mismo horario que los hombres, pero por un salario más bajo.

·      Los patrones podían despedir o multar a sus obreros si querían, sin ningún control legal.

·      Los obreros no tenían derecho a protestar o ponerse en huelga.

·      No existía seguridad social ni ayudas públicas para ayudar a los obreros en caso de enfermedad, accidente o desempleo.

 

Las condiciones de trabajo en las fábricas mejoraron a lo largo del siglo XIX en Gran Bretaña gracias a las constantes protestas obreras, que llevaron a la aprobación de sucesivas leyes que regulaban las condiciones de trabajo. En el resto del continente, donde la industrialización fue más tardía, la mejora de las condiciones de trabajo se retrasó hasta el segundo tercio del siglo XX.

Un ejemplo de estas leyes que regulaban/organizaban aspectos concretos del trabajo industrial fue la Factory Act de 1833, centrada en el trabajo infantil:

·      Ningún niño de menos de nueve años podía trabajar en una fábrica [, pero sí si tenía nueve o más].

·      Los niños entre los nueve y los trece años sólo podían trabajar al día un máximo de nueve horas     [, pero con más de trece no había límites al horario laboral].

·      Los niños tenían que recibir por lo menos dos horas de clase diarias.

·      Los niños no podían trabajar de noche.

 

C.      LAS PRIMERAS ASOCIACIONES OBRERAS

Las duras condiciones de trabajo llevaron a protestas contra los dueños de las fábricas. Estos se oponían a las demandas de los obreros porque pensaban que unas mejoras condiciones de trabajo serían malas para el negocio y reducirían sus beneficios.

Los gobiernos europeos del siglo XIX, que por lo general estaban dominados por la burguesía, no defendían los derechos de los obreros. Por ejemplo, muchos gobiernos europeos mantuvieron durante el siglo XIX la prohibición de crear sindicatos de obreros.

A pesar de esta situación, el proletariado de Gran Bretaña, el primer país en industrializarse y por tanto donde había más obreros, empezó a organizarse a finales del siglo XVIII, cuando nacieron las primeras Sociedades de Socorros Mutuos, que eran asociaciones de trabajadores para ayudarse en caso de enfermedad o de paro.

En 1825, también en Gran Bretaña, nació el primer sindicato. La finalidad de los sindicatos era luchar para conseguir la reducción de la jornada laboral, mejoras salariales, la regulación del trabajo infantil y el derecho de asociación.

 

VIII.  MARXISMO, ANARQUISMO E INTERNACIONALISMO

A mediados del siglo XIX la lucha de la clase obrera dejó de ser solo por mejorar sus condiciones laborales y empezó a tener también un carácter político al surgir las ideologías de izquierda. Estas defendían los intereses de la clase trabajadora u obrera, y también ofrecían alternativas al capitalismo industrial y a la sociedad de clases.

De esas ideologías las más importantes fueron el Marxismo y el Anarquismo.

 

A.           EL MARXISMO

También se le llama Socialismo científico o Socialismo. Esta ideología fue creada a mediados del siglo XIX por dos teóricos alemanes, Karl Marx y Friedrich Engels, que denunciaron la explotación del proletariado y defendieron la necesidad de una revolución obrera. Los principales conceptos del Marxismo son:

·      La lucha de clases. Según Marx las clases sociales están siempre compitiendo por dominar los medios de producción (capital, tierra de cultivo, fábricas…). El proletariado oprimido debía organizarse para luchar contra su opresor capitalista, es decir contra los burgueses ricos.

·      La dictadura del proletariado. La lucha de clases debería acabar con la victoria del proletariado que se apoderaría del poder político. La dictadura del proletariado controlaría la economía y redistribuiría la riqueza de modo equitativo entre todos los miembros de la sociedad, haciendo desaparecer la propiedad privada de los medios de producción y el sistema capitalista.

·      El comunismo. Según Marx y Engels la dictadura del proletariado desaparecería y daría paso a una nueva sociedad, el comunismo, que sustituiría a la vieja sociedad de clases. La sociedad comunista se caracterizaría por la igualdad entre los individuos al no existir clases sociales.

 

A partir de 1870, los marxistas propusieron la creación de partidos obreros socialistas. Si sus representantes eran elegidos en las elecciones, podrían conseguir importantes avances, como el sufragio universal o la jornada laboral de ocho horas.

 

B.            EL ANARQUISMO

Los pensadores anarquistas también sostenían la eliminación de la propiedad privada, la defensa de la propiedad colectiva y una sociedad sin clases. El principal pensador de esta ideología fue Mijaíl Bakunin. Pero Bakunin, al contrario que Marx, rechazaba la idea de la dictadura del proletariado y propuso una sociedad ideal basada en:

·      La defensa de la libertad individual: La gente tenía que luchar contra cualquier autoridad e institución (principalmente el Estado o la Iglesia) que limitase su libertad.

·      La oposición a los partidos políticos y a la participación en las elecciones.

·      La formación de comunas: La sociedad sería reorganizada en grupos pequeños e independientes llamados comunas. En estas comunas se tomarían todas las decisiones en asambleas populares.

·      La acción directa: La gente tenía que defender sus intereses por medio de sus propias acciones, no con partidos políticos o elecciones. Para algunos anarquistas, la acción directa incluía la destrucción del estado capitalista (dominado por los burgueses). Ejemplos de sus atentados son la bomba en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona en 1893 y el asesinato del rey Carlos I de Portugal1908. Por esa causa el Anarquismo se convirtió en el enemigo principal de los estados europeos a finales del siglo XIX y principios del XX. En oposición a lo anterior también hubo grupos anarquistas que fundaron sindicatos (anarcosindicalismo) para transformar la sociedad, no sólo defender los intereses laborales, e igualmente crearon centros educativos para los obreros y se preocuparon de una mejor educación higiénica y sexual, así como de los derechos de las mujeres.

 

C.          EL INTERNACIONALISMO

Marxistas y anarquistas de diferentes países vieron la necesidad de unirse en una asociación internacional. Unidos tendrían más fuerza para luchar en favor de la clase obrera.

Así, en 1864 se formó la Asociación Internacional de Trabajadores (A.I.T. o Primera Internacional). Esta organización puso en contacto y coordinó organizaciones de obreros de varios países.

El objetivo de la Primera Internacional era promover la acción colectiva de los obreros en todo el mundo. Al final la A.I.T. desapareció en 1876 a causa de los enfrentamientos entre marxistas y anarquistas.

En 1889 se fundó la Segunda Internacional, que creó algunos símbolos del movimiento obrero, como el himno “la Internacional” y la fiesta del Primero de Mayo.

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